Vecinos de Pueblo Esther se hicieron escuchar en el Concejo Deliberante: El transporte está colapsado, los colectivos pasan de largo y la gente se queda a pie

La localidad, que ha experimentado un auge demográfico, enfrenta un sistema de transporte colapsado, donde los colectivos que conectan con Rosario pasan frecuentemente sobrecargados de pasajeros provenientes de localidades vecinas como Fighiera, Arroyo Seco y General Lagos.

08/05/2025Redacción InfoEstherRedacción InfoEsther
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La frase de una vecina que estuvo presente, quien señaló que "los concejales andan en auto y no viajan en colectivo"

La crisis del transporte público en Pueblo Esther no es solo un mal servicio que afecta la vida diaria de sus habitantes, es el síntoma de una falla estructural mucho más profunda que involucra no solo a los concejales locales, sino a la clase política provincial que ha desatendido las necesidades más básicas de los vecinos de Pueblo Esther. 

Este jueves por la mañana, se realizó una reunión en el Concejo Municipal, donde los vecinos expresaron su frustración ante un sistema de transporte que ya no responde a las exigencias de la ciudad, y lo que es peor, los concejales, en vez de ofrecer soluciones reales, se limitaron a parches insostenibles que solo agravan la situación.

Este problema, lejos de ser una cuestión menor, expone la desconexión entre la política local y la realidad cotidiana de los ciudadanos, una desconexión que también se extiende a la gestión provincial, que parece mirar hacia otro lado mientras el colapso es inminente.

Pueblo Esther es un claro ejemplo de cómo un pueblo que ha crecido significativamente en las últimas dos décadas no ha sido acompañado por las políticas públicas necesarias para mejorar su infraestructura, en especial el transporte público.

La localidad, que ha experimentado un auge demográfico, enfrenta un sistema de transporte colapsado, donde los colectivos que conectan con Rosario pasan frecuentemente sobrecargados de pasajeros provenientes de localidades vecinas como Fighiera, Arroyo Seco y General Lagos.

Este es el resultado de un crecimiento desordenado y una falta de previsión en el diseño de políticas públicas, que no han tenido en cuenta las necesidades de la población.

El problema no es nuevo, pero su intensidad ha crecido a medida que más habitantes se suman a la ciudad y se incrementan las dificultades para desplazarse. La ausencia de un sistema de transporte urbano que conecte a los distintos barrios de Pueblo Esther ha obligado a los vecinos a depender de remises privados, una solución insostenible y costosa.

Mientras tanto, el costo del boleto a Rosario, de $3.200, resulta prohibitivo para muchos, y las soluciones propuestas por los concejales en la reciente reunión no han sido más que parches temporales, como la sugerencia de un “Uber Comunitario”, que suena más a una idea improvisada que a una respuesta seria a una crisis de transporte.

El malestar entre los vecinos es palpable. Según testimonios recolectados por InfoEsther.com.ar, los habitantes del pueblo están hartos de esperar colectivos que nunca llegan o que llegan con una carga de pasajeros mucho mayor que la que pueden transportar.

La línea A de colectivos, que es la única que conecta a Pueblo Esther con Rosario, tiene una frecuencia insuficiente para cubrir la demanda, lo que obliga a los vecinos a tomar alternativas costosas y poco eficientes, como el mencionado servicio de remises.

En este contexto, las autoridades locales se ven atrapadas entre la falta de recursos y la incapacidad para negociar mejoras con la empresa Rosario Bus, responsable del servicio.

Además, el transporte escolar municipal, que también debería ser una alternativa para los estudiantes, se encuentra saturado, lo que añade una capa más de estrés a la situación. La falta de coordinación entre las distintas áreas del gobierno local y provincial ha dejado a los vecinos a merced de un sistema de transporte completamente obsoleto.

En la reunión, los concejales locales, como representantes de sus votantes, mostraron una actitud desconcertante. La edil que sugirió la creación de un “Uber Comunitario” demostró, en su propuesta, no solo un desconocimiento profundo de la realidad del transporte, sino también una falta de empatía con los problemas que atraviesan los vecinos.

La frase de una vecina que estuvo presente, quien señaló que "los concejales andan en auto y no viajan en colectivo", reveló una verdad dolorosa: los políticos, cómodamente alejados de las necesidades diarias de sus representados, siguen tomando decisiones sin tener contacto con la realidad.

La ausencia de autoridades provinciales en la reunión también fue reveladora. El transporte interurbano es una competencia del Gobierno Provincial, pero nadie del ejecutivo de Maximiliano Pullaro estuvo presente para escuchar los reclamos de los vecinos.

¿Es esta la forma en que el gobierno provincial entiende la representación de los pueblos del interior? ¿Acaso la falta de transporte público no debería ser una prioridad para quienes dicen representar a los vecinos?

Este fracaso del sistema de transporte tiene consecuencias profundas no solo en la calidad de vida de los habitantes de Pueblo Esther, sino también en el desarrollo económico y social de la región.

Los habitantes del pueblo se ven obligados a destinar recursos importantes para costear el transporte privado, un gasto que podría haberse evitado con un sistema público de calidad. Además, la falta de transporte adecuado limita la movilidad de los jóvenes, dificultando su acceso a oportunidades educativas y laborales en Rosario, y afectando de manera directa la integración de Pueblo Esther al área metropolitana.

Más allá de lo estrictamente práctico, la crisis del transporte en Pueblo Esther refleja un problema de representación política. Los concejales, que deberían ser la voz de los vecinos, no han logrado transmitir con fuerza los reclamos a los niveles superiores de gobierno. La desatención del gobierno provincial, que tiene bajo su órbita el transporte interurbano, es una muestra más de cómo el interior sigue siendo tratado como una periferia sin voz en el centro del poder.

La crisis de transporte en Pueblo Esther es el reflejo de una política que no escucha, que no planifica a largo plazo y que ignora las necesidades de los pueblos del interior.

Los concejales, en su rol de representantes de los vecinos, deberían haber exigido respuestas concretas ante la falta de soluciones.

Sin embargo, se han conformado con promesas vacías y propuestas irrealizables, mientras que el gobierno provincial ha preferido mirar hacia otro lado. El transporte público en Pueblo Esther no solo está colapsando; la representación política en la provincia está fallando de manera estrepitosa. Si los concejales y las autoridades provinciales no toman cartas en el asunto, los vecinos seguirán atrapados en un ciclo de promesas rotas y soluciones que nunca llegan.

El futuro de Pueblo Esther depende de una política más conectada con la realidad y de una clase política que deje de ignorar los reclamos de la gente.

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